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LAS HUELLAS DE LA IRRESPONSABILIDAD EN LA ESCENA DEL CRIMEN

9 DE MAYO DE 2014

LAS HUELLAS DE LA IRRESPONSABILIDAD EN LA ESCENA DEL CRIMEN

Minutos después de un hecho de violencia, los cuerpos de socorro, la Policía, las funerarias y los medios de comunicación llegan a la escena del crimen. Cada uno con su propio interés.

Mientras las autoridades y socorristas se preocupan por la víctima y los agentes funerarios buscan a los familiares, la prensa se concentra en los hechos y el escenario. Sin embargo, no siempre se respetan las reglas en el campo de acción.

Escena del Crimen.

Lugar donde se produce un hecho delictuoso que amerita una Investigación.

Es también un lugar donde podemos encontrar evidencias.

ESCENA DEL CRIMEN: NIVELES DE ABORDAJE

1.-Primer Nivel: Personal Policial básico

2.- Segundo Nivel: Peritos de equipos básicos y especializados

3.- Tercer Nivel: Apoyo de otros profesionales

Bioseguridad

Es el conjunto de medidas preventivas, destinadas a minimizar y controlar los factores de riesgo biológico y físico-químicos en las personas expuestas a ellos.

¿La escena del crimen es un fin?

 

Tiene que ver no solo con la interpretación del hecho, sino en la investigación posterior de qué es lo que se va a investigar.

Una escena del crimen es un triángulo que contiene: escena, víctima y victimario. Existe todo un proceso para su custodia, manejo y posterior trabajo en laboratorios.

¿Cuáles son los pasos para preservar una escena del crimen?

Es un proceso muy largo y ordenado. El sistema funciona así: ocurre un suceso de criminalidad común. Lo primero es llamar a la a la Agencia del Ministerio Público o a la Policía.  Seguidamente, el acordonamiento; la no contaminación del lugar, que implica no entrar o no llevarse algo. Especialmente no tocar nada. Siempre hay alguien que piensa, por ejemplo, a esa persona la van a robar, entonces me llevo el dinero o su arma, muevo la moto, porque se la van a robar. Es importante dejar trabajar al MP, de ellos depende la escena del crimen.

El Criminalista en una escena de Incendio.

La real academia de la lengua, nos describe el término investigar como: hacer diligencias para descubrir una cosa, registrar, indagar.

Llevando este término a nuestro medio, lo describimos como un conjunto de medidas e indagaciones que hacemos con la finalidad de descubrir la causa de un incendio.

La investigación de los incendios no es una exigencia antojadiza o caprichosa, si no muy por el contrario, tal como sucede en la mayoría de los países del mundo, es una obligación que recae en los Bomberos.

No obstante, también algunos organismos privados interesados en esclarecer los hechos, a fin de cuidar sus intereses actúan en la investigación de los incendios, como es el caso de las compañías de seguros.

OBJETO.

El reconocimiento personal, por la autoridad policial, del lugar o área de terreno donde se ha cometido un posible delito.

Determinación de la modalidad o modus operandi empleado por el delincuente.

La preservación de los indicios hallados en la escena del delito.

 

LA IMPORTANCIA.

 

Cuando los indicios hallados en la escena del delito han sido elevados a la categoría de PRUEBA por los Peritos en Criminalística. Y que debidamente evaluada por los Señores Jueces van a servir para demostrar la culpabilidad o inocencia del acusado.

¿Cómo es el análisis de una escena del crimen?

 

Huellas, gotas de sangre, una marca en el piso, algo parecido a un pelo. Cada detalle es fundamental. El más mínimo error puede entorpecer el resto de la investigación. Por eso, el análisis de una escena del crimen debe cumplir con varios requisitos, que involucran la participación de diferentes especialistas.

¿Cómo se lleva a cabo este análisis? El primer paso es la delimitación y preservación del lugar del hecho. Una vez que se establezca el perímetro, se lleva a cabo una inspección ocular. Luego se nominan las distintas partes de la escena para poder dar comienzo al levantamiento de indicios. Estos son los elementos que podrán convertirse en pruebas en el marco de la investigación. Por ese motivo es fundamental que se respeten los pasos y condiciones en los que se realiza el levantamiento y su posterior cadena de custodia. Además del equipo de peritos, deberán participar de este proceso un testigo (una persona mayor de 18 años que no tenga relación directa con la/las víctimas o el caso) y un representante de la fiscalía.

LOS PERITOS.

En todo análisis de una escena del crimen debería haber: un perito planimétrico, un fotógrafo, un especialista en rastros, un perito balístico, uno médico y uno químico. Algunos especialistas pueden o no participar de acuerdo a la naturaleza del crimen.

Cada uno de los peritos deberá llevar un registro del trabajo realizado en una planilla. Allí se indicará un orden cronológico del trabajo, la descripción de fenómenos ambientales y climáticos, las características topográficas. Por otra parte se indicará la presencia de indicios a recolectar, de qué se trata, en qué lugar fueron hallados.

LEVANTAMIENTO DE INDICIOS.

Cada tipo de indicio requiere de un procedimiento específico para su levantamiento, y debe ser luego preservado y mantener la cadena de custodia para que tenga eventualmente validez como prueba. Si en cualquier momento del proceso la cadena de custodia se rompe, dicho indicio podría ser anulado como prueba.

Algunos de los indicios más comunes que pueden encontrarse en el lugar del hecho son los siguientes:

Manchas de sangre.

La técnica de levantamiento depende del tipo de mancha. Cuando es una mancha por goteo estático, por proyección o por contacto, primero se mide con la cinta métrica, más allá de que el número del indicio tiene un patrón de medida. Para levantarla, se utiliza una gasa estéril, se le aplica solución fisiológica, se apoya la gasa sobre la muestra más significativa de la mancha y luego se levanta, se dobla, se coloca en el sobre de donde se sacó la gasa y luego en un sobre de papel madera rotulado con los datos sobre el tipo de muestra, la data, etc., y la firma del testigo.

Por otra parte, cuando la mancha es por derrape, se realiza un raspado con un bisturí, colocando la gasa debajo de la muestra

En algunas ocasiones puede haber sangre oculta, es decir, alguien puede haber querido limpiar la escena del crimen previamente a la llegada de la policía. Para detectar estas manchas, se oscurece la habitación y luego se utiliza un reactivo que permite "revelar" la sangre oculta.

Huellas.

El levantamiento depende de la superficie sobre la que se encuentren. Si están, por ejemplo, en la superficie de un vaso, se toma desde adentro para no tocar la parte exterior. Se pasa un reactivo blanco sobre la superficie con un pincel grande (de cerda) para desparramarlo. Para sacar el exceso de reactivo se usa un pincel más pequeño (de fibra de vidrio). Luego se pega una cinta adhesiva encima, y se retira cuidadosamente para "copiar" la huella a la cinta. Esa cinta se pega en un celuloide que va a ser el soporte. Aparte se arma un rótulo con la firma del testigo que también se coloca en el celuloide pegado.

Si las huellas están sobre un papel, se coloca reactivo sobre la superficie, luego se pasa el pincel magnético sin que toque el papel. Una vez que se revelan las huellas dactilares, se levanta el reactivo y se deposita sobre el envase original. Para fijar el reactivo se pega una cinta adhesiva encima. El testigo firma sobre el papel, la firma también se cubre con cinta.

Filamentos de aspecto piloso.

Se denomina así a los indicios que tienen el aspecto de un cabello. Dicho indicio se levanta con las manos y se deposita en un sobre rotulado. Si es cabello u otro material se va a determinar en el laboratorio.

Tela combustionada.

Se requiere un frasco de vidrio con tapa a rosca, limpio, no hace falta que sea estéril. Hay que colocarlo rápidamente dentro del envase (para evitar que se evapore el  acelerante) y luego se tapa con un film de aluminio y arriba la tapa, para que no esté en contacto con la tapa.

Indicios balísticos.

 Es todo aquello que tiene que ver con las armas. Por lo general en una escena del crimen en que se utilizó armas de fuego suelen quedar casquillos o restos de balas, Primero se saca una foto cerca de la vaina y del número que tiene los parámetros de medición. En un frasquito de plástico, si no se observan indicios biológicos, se introduce la vaina, para que en el traslado no se golpee ni se deforme. Luego se coloca en un sobre rotulado.

LA IMPORTANCIA DE UN TRABAJO PROLIJO.

El proceso que llevan a cabo los peritos en el lugar del hecho puede ser definitorio en la resolución de un crimen. Los indicios encontrados pueden orientar la investigación hacia los sospechosos, determinar la hora en que se cometió un homicidio, reconstruir los hechos con más o menos exactitud dependiendo de la disponibilidad de elementos que así lo permitan.

Ejemplos de complicaciones en el análisis de la escena del crimen se ven a diario.

 

EL MISTERIO DEL AHORCADO DEL TEMPLO DE SAN SEBASTIAN.

La madrugada del 15 de marzo de 1982 había un clima cálido en la capital potosina. Una enorme luna llena alumbraba el populoso jardín del barrio de san Sebastián cuyo lado sur se yergue el templo del mártir que da su nombre tanto al barrio como a la iglesia.

Cómo todos, los días en los últimos años, la maestra Cecilia Ortíz, quien vivía en la calle de Lerdo de Tejada, se levantó a las 04:30 horas y se preparó para dirigirse a dar sus clases en el municipio de Venado. Salió de su casa y se dirigió caminando a la pensión donde guardaba su auto.

 

Al pasar junto al templo de San Sebastián se persignó como siempre, pero esta vez vio algo que la dejó horrorizada: de los cables eléctricos que suministraban energía al último de los faroles del atrio de la iglesia, pendía macabramente el cuerpo de un desconocido, el que a simple vista se veía salvajemente golpeado en diferentes partes del cuerpo, pero principalmente se le apreciaban graves lesiones en cráneo y cara.

Sin pensarlo dos veces corrió de regreso a su casa y buscó el número telefónico de la Policía Judicial del Estado, marcó una y otra vez, hasta que finalmente contestó un somnoliento agente de guardia, quien con desgano contestó:

-Policía Judicial del Estado. ¿En qué podemos servirle?

-Hay un hombre muerto, colgado en el atrio de la iglesia de San Sebastián…

Contestó Cecilia con voz trémula y nerviosa.

El guardia sintió una punzada en su estómago y preguntó:

-¿Quién habla? ¿Cómo se llama usted?

La maestra le refirió su nombre, le explicó cómo había encontrado el cuerpo y…colgó precipitadamente.

El agente de guardia se dirigió inmediatamente a la cabina de Radio, un “cuartito” de aproximadamente i.5 metros cuadrados que por todo mobiliario tenía una desvencijada mesa y una silla vieja, desde donde el radio-operador se comunicaba con las tres únicas unidades que en aquellos tiempos realizaban la vigilancia  nocturna de nuestra ciudad.

El llamado pomposamente Escuadrón de Investigación de Homicidio en  aquellas fechas estaba integrado por un comandante y cuatro agentes investigadores, y únicamente contaban como patrulla con un destartalado Volkswagen. En el turno nocturno trabajaba solamente el patrullero y un agente, quienes se encargaban principalmente de supervisar las clínicas y hospitales de la ciudad en busca de alguna persona herida  producto de alguna riña, asalto u otro acto que se encuadrara como un delito.

El radio-operador dio la novedad a los agentes del grupo de homicidios que se encontraban de guardia, quienes tan rápido como su patrulla se los permitió se dirigieron hasta el jardín del barrio de San Sebastián. A su llegada les llamó la atención que un gran número de personas se encontraban aglomeradas en el lado poniente de la Iglesia, donde termina la verja que circunda el atrio, por lo que se dirigieron a ese lugar, percatándose de que los cables eléctricos que suministran la energía al último de los faroles del atrio pendía el cuerpo de una persona sin vida.

Los agentes de homicidios se comunicaron inmediatamente con el Agente del Ministerio Público de guardia, y con el entonces Comandante del Escuadrón de Homicidios Antonio X., viejo y experimentado investigador de homicidios hecho al estilo de la “vieja escuela”, con conocimientos de técnicas de investigación policíaca y criminalística de campo que había estudiado y aprendido de manera autodidacta.

Cuando Agente del Ministerio Público y comandante del Escuadrón de Homicidios llegaron al Lugar de los Hechos, pudieron constatar que  ya se había formado un tumulto entre parroquianos, policías preventivos municipales, policías de la Dirección de Seguridad Pública del Estado, elementos de Tránsito Municipal, paramédicos, reporteros de la fuente policial, y claro uno que otro sacerdote.

Lo cierto es que a nadie se le ocurrió proteger la Escena del Crimen. Todo mundo tuvo acceso a la misma, estuvieron junto al cadáver, inclusive auxiliaron a descolgarlo, deambularon por todo el atrio, llegando al extremo que cuando se realizó una inspección ocular a la Sacristía de la Iglesia ingresaron alguno que otro pandillero de la zona y parroquianos.

Por esas fechas yo me encontraba suspendido de la Policía Judicial del Estado, de hecho yo era el Comandante Titular del entonces Escuadrón de Homicidios, pero debido a que en una aprehensión de unos sujetos en contra de quienes se habían girado órdenes de aprehensión por el delito de abigeato, en el operativo del aseguramiento se desató la violencia, salieron a relucir las armas de fuego disparando principalmente en mi contra con un revólver .357 magnum, pero logramos desarmar y aprehender a los delincuentes, y por supuesto como los dos que dispararon en mi contra al someterlos les causé varias lesiones, pues me acusaron de abuso de autoridad y por no sé qué razones ($$$$) mis superiores actuaron en  mi contra, pasando por alto la eximente de responsabilidad de legítima defensa y además de que al momento de los hechos yo me encontraba cumpliendo con mi trabajo y mi deber. No obstante lo anterior y debido al hecho de que entre más pasaba el tiempo el asunto de El Ahorcado de la Iglesia de San Sebastián se complicaba cada día más, por lo que de la misma Procuraduría General de Justicia del Estado me pidieron que me reincorporara a la PJE con mi puesto como Comandante de Homicidios, cosa que acepté y tomé en mis manos el asunto ¡tres semanas después de los hechos…!

En una entrevista para la revista Expresión San Luis relacionada con este caso, le comentaba a la gran periodista y amiga Lucero Aguilar Fuentes que “Es difícil describir el gran caos y desinformación que causó la intromisión de tanta gente a la escena del crimen, pero si puedo señalar el prisma de rumores, falsan hipótesis y conjeturas que surgieron en torno al “Ahorcado”, complicándome por consiguiente mi respectiva investigación, ya que de entrada tuve que analizar, estudiar y descartar estas falsas hipótesis, entre las que destacaban las siguientes:

1.- El hoy occiso fue asesinado por los pandilleros que pululaban por el barrio de San Sebastián, con quienes había estado inhalando Resistol 5000 en la azotea del Jardín de Niños Lerdo de Tejada, aledaño a la iglesia. Después de un altercado entre el occiso y los pandilleros, estos lo arrojaron desde la azotea  y cayó sobre el carro del sacerdote Francisco de los Santos.

2.- Un testigo (del que nunca se mencionó su identidad) manifestó haber presenciado cuan do cinco pandilleros golpeaban al occiso y lo arrastraron hasta el lugar donde los colgaron con los cables de electricidad.

3.- Al occiso lo asesinaron los sacerdotes en el interior de la sacristía, en donde incluso se localizó sangre de la víctima hasta un lugar cercano a la pila bautismal.

4.- Los asesinos, después de arrastrar el cuerpo a través de los 25 metros que mide el atrio (anchura) y en el cual se localizaron rastros de sangre, colgaron a la víctima y después ingresaron a la sacristía para lavarse, dejando manchas de sangre en el lavabo.

Por supuesto que las autoridades responsables de la investigación, indebidamente iniciaron su trabajo tratando de ajustar sus investigaciones a alguna de estas cuatro descabelladas “hipótesis”.

El robo fue descartado casi de inmediato como móvil del crimen, ya que al revisar las pertenencias de la víctima se le encontraron $120.00 pesos, un reloj y algunas piezas de joyería.

IDENTIFICAN EL CADÁVER.

Días después, y gracias a las notas y fotografía publicadas en los periódicos de la localidad, la esposa del Ahorcado de San Sebastián, Rocío Nélida Calzada Hernández identificó al muerto como su esposo, quien dijo se llamaba José Antonio Hernández, de 30 años de edad, con domicilio en la calle de Valentín Amador no. 688, quien era empleado de la delegación estatal de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, ubicada en la calle de Amado Nervo.

Pero contrariamente a lo pronosticado por el jefe de Homicidios Antonio X, la identificación de la víctima vino a complicar más la investigación aumentando con ello las supuestas líneas de investigación y la bruma y el misterio en que se sumergía el caso:

a.- La muerte de José Antonio pudo ser producto de una venganza de la familia de su esposa Rocío Nélida Calzada Hernández.

b.- José Antonio pudo ser víctima de una ejecución de mafiosos del bajo mundo, versión muy a contrapelo, ya que en ese entonces en nuestro estado n había grupos de delincuencia organizada o mafia, por lo tan esta línea de investigación la consideré absurda. Como dato adicional quiero citar que a la víctima no se le relacionó en ningún momento con ningún tipo de actividad criminal.

Ya habían transcurrido tres semanas de los hechos y al Escuadrón de Homicidios y demás integrantes de la Policía Judicial del Estado se les complicaba más la investigación.

Lucero Aguilar Fuentes, Directora de la Revista Expresión San Luis, quien me entrevisto respecto al caso en diciembre de 2009, narra mi intervención de la siguiente manera:

Ya habían transcurrido 22 días de los trágicos hechos en que perdiera la vida José Antonio Hernández  y ante la ineficiencia de la Policía Judicial del estado para esclarecer el asunto, el entonces Director, Lic. Víctor Manuel Rodríguez Martínez, mandó llamar al ex comandante de homicidios Julio a. Ceballos, considerado entonces como el mejor policía investigador de homicidios, ya que tan solo cuatro años de carrera había logrado resolver aproximadamente 200 asesinatos.

Tras una investigación de ocho días (con sus noches), Julio a. Ceballos aportó pruebas con tundentes para esclarecer las circunstancias en que perdiera la vida el Ahorcado de San Sebastián.

Entre ellas destacaban las declaraciones grabadas de cinco testigos que fueron presentados ante las autoridades, familiares y medios de comunicación, demostrando cómo y por qué ocurrió la muerte de José Antonio Hernández.

Lo primero que hizo el comandante Julio A. Ceballos fue reconstruir e indagar cómo fueron los días de José Antonio previos a su  muerte, y pudo determinar que los últimos 40 días había estado bebiendo compulsivamente bebidas alcohólicas. Un día antes de su muerte decidió de forma fulminante cortarse la borrachera, para continuar, según su dicho, su vida cotidiana.

Después de una larga ausencia se presentó a temprana hora ante su esposa, se bañó, se cambió sus ropas y permaneció junto a sus dos hijitas, de 3 y 4 años de edad. Sin embargo, estaba muy nervioso, decía que oía voces que querían hacerle “mucho daño” refirió la esposa.

De pronto, sin causa aparente –relató la esposa- salió corriendo y cruzó la carretera para finalmente esconderse entre unos tubos de concreto. Su hermano Ricardo fue por él y lo llevó de regreso a casa. José Antonio comentó a su hermano que era perseguido por tres automóviles, en los que viajaban Agentes de la Policía Judicial, quienes querían matarlo por órdenes de su suegro.

Volvió a salir de su casa y buscó a su amigo Joel Cruz, quien a su vez llamó a Ricardo para que fuera por él, quien a su vez lo llevó a la casa de otro amigo, de nombre Alfredo Vázquez, en la colonia Popular.

Al día siguiente, 15 de marzo de 1982, fecha de su fatídica muerte, su hermano Ricardo pasó por él y lo llevó hasta el lugar de su trabajo en la calle de Amado Nervo, esquina con Juan de Oñate. José Antonio le comentó  a su jefe inmediato Abel Gómez, que lo iban siguiendo para matarlo. “Estaba muy alterado, tenía miedo, temblaba y toda la mañana estuvo muy inquieto, insistía en que sus compañeros querían matarlo, y por la tarde se puso peor…” dijo en sus declaraciones.

Al filo de las 14:00 horas José Antonio abandonó su lugar de trabajo y corrió hacia un cerro cercano mientras que gritaba que el Ingeniero Jorge Tinoco, Jefe de la Oficina de análisis de Tierra quería matarlo en compañía  de otros trabajadores.

A las 17:30 horas del mismo día, los vigilantes del Parque Tangamanga Uno rescataron a José Antonio de la laguna artificial. Estaba descalzo, lleno de lodo. Decía que lo perseguían para matarlo y señalaba con insistencia hacia los árboles. Nadie lo seguía. Luego le dieron un “raid” y le dejaron en la Avenida Himno Nacional esquina con 5 de Mayo.

A las 17:55 horas José Antonio se presentó en la casa de su Jefe, ubicada a unas cuantas cuadras de donde lo habían dejado los vigilantes del parque. Le pidió prestados  ropa y zapatos. Le comentó a su jefe “Tú también quieres matarme”, él le explicó que no era así, Le proporcionó ropa limpia y unos zapatos tenis y le preguntó que a donde iba. “Voy a la Central Camionera. Aquí nadie me quiere y me voy a ir de San Luis…”

Pero al parecer cambió de opinión y se hospedó en la habitación número 4 del extinto Hotel Roma, ubicado en la calle de Eje Vial y Los Bravo. Ahí lo dejó su a migo poco después de las 18:00 horas.

Nunca más lo volvería a ver con vida.

A las 23:00 horas el cocinero Ramón Ruiz estaba esperando un taxi a las puertas del hotel Roma, cuando vio a un individuo descolgarse por la cornisa. Luego corrió desesperadamente hacia la alameda Juan Sarabia, era Juan José presa del pánico.

A las 23:30 del mismo día un testigo vio caer a Juan José desde lo alto de un árbol ubicado al centro del atrio de la Iglesia, fue en ese lugar donde los policías encontraron un charco de sangre y mechones de cabellos, nadie lo acompañaba, estaba solo…con su delirio!

Al caer del árbol se causó las lesiones contundentes en cara y cráneo, el golpe no fue mortal aunque pudo haberle provocado la pérdida temporal del conocimiento.

Julio A. Ceballos explica que José Antonio presentaba síntomas de Delirium Tremens, Síndrome de Abstinencia y que cuyos síntomas pueden ser: temblores, cambios del estado mental, confusión, desorientación (pérdida severa y aguda de las funciones mentales) y alucinaciones ópticas o auditivas.

Sabemos que en ese estado José Antonio finalmente subió a la cornisa y se colgó de los cables de electricidad donde finalmente perdió la vida.

Todo lo anterior confirmó que la  muerte de José Antonio Hernández, que dio origen a la leyenda urbana del Ahorcado del Templo de San Sebastián, no fue víctima ni de pandilleros, ni de su familia política , ni mucho menos de la entonces entelequia del crimen organizado. Mucho menos fue víctima de un rito satánico.

Se quitó la vida bajo los terribles efectos del Delirium Tremens.

Julio A. Ceballos a.

San Luis Potosí, a 10 de mayo de 2014

LA MENTE CRIMINAL.

 

 Desde sus inicios en el siglo XIX, la explicación científica de la criminalidad ha elaborado sus planteamientos a partir del presupuesto básico del carácter singular y distinto del comportamiento delincuente con relación al comportamiento adaptado a las normas sociales y jurídicas. Y lo que es más, en este origen singular del comportamiento delincuente está implicita una base patológica del individuo que lo lleva a cabo. Y a partir del momento en que se convalida científicamente esta afirmación, el científico se permite encauzar el estudio de la delincuencia a través de formulaciones que evidencien el “por qué” y las causas de tal singularidad. Inmediatamente se opera una separación tajante entre el individuo adaptado y el delincuente, de modo que aquél que juzga este como ente distinto, y desde el momento en que se coloca como normal y poseedor de la verdad sobre lo que es bueno y malo, sobre lo que es justo e injusto, el hombre adaptado ocupa el lugar ventajoso dentro de esta relación de distanciamiento. No es sólo un distanciamiento social y psicológico sino que fundamentalmente es un distanciamiento ideológico. No hay por tanto posibilidad de integrar las acciones delictivas dentro de los atributos de la conducta adaptada. Se le podrá decir al delincuente lo que él tiene de cierto y errado, porque hizo lo que hizo e incluso se le podrá predecir su conducta futura, así como los sentimientos que le animarán para, en el último término imponerle un cambio en su manera de ser y de pesar. Por lo tanto la primera condición de que la relación de distanciamiento otorga al individuo adaptado es el apoderarse de la posición de autoridad sobre el destino del sujeto delincuente. Además dentro de otro orden de cosas, el sujeto adaptado, al considerar al delincuente como un ente distinto, provoca en sí mismo una reacción, experimenta un sentimiento de desinterés absoluto para comprender una conducta tan distinta –que se desarrolla en otra esfera de la realidad humana- y para acerarse al hombre que la realiza, y ello porque hay un impulso de rechazo, de presión hacia lo desconocido y lo diferente. Sería pues, interesante encontrar el origen de la noción de “distinto” y de “anormal” que se ha otorgado al sujeto delincuente. Si Lanzamos a una mirada hacia atrás en el tiempo, con anterioridad a las teorías biológicas de la criminalidad del siglo XIX, veremos que en un principio, antes del siglo XVII, no hay una separación entre el no delincuente y el delincuente. Es sólo a partir del siglo XVIII, cuando por la ineficacia del modo de producción feudal y la comercialización del campo (Ignatieff, 1978), se expulsa a los campesinos y trabajadores, lo que fuerza su llegada a la ciudad en la época de la incipiente mercantilización (Dobb, 1971). En Inglaterra las Leyes de Encierro de 1640 protegen la separación de elementos comunales distinguiendo entre los campesinos de iure (o residentes legales) y los campesinos de facto, que son expulsados de las tierras. Es en este momento cuando el campo deja de incorporar a sus elementos pobres tal como lo había estado haciendo, aceptando como costumbre el derecho a utilizar la madera, las albercas, la leña, la paja, las hierbas, etc., y utilizando a los labriegos para trabajos menores en las recolecciones y otros menesteres estacionales. De modo que la satisfacción de las necesidades de los pobres se inscribe dentro del marco económico de autosubsistencia de la comunidad o de la comarca. Hay, pues un cambio sustancial que se formaliza en la promulgación de las primeras leyes represivas que castigan justamente aquellos actos que implicaban el ejercicio de los derechos consuetudinarios. Este cambio produce una transformación profunda en la actitud social hacia el no integrado, cuyas repercusiones podríamos representar como la expansión de las ondas causadas por una piedra lanzada en un estanque; el fenómeno se va multiplicando, tornándose más complejo para convertirse en el mayor y más grave problema a medida que las incipientes ciudades primero, y más tarde los centros comerciales y manufactureros, se ven abarrotados de individuos incapaces de ser asimilados por la nueva ley de mercado. A partir de aquí se forma y fundamenta la noción valorativa negativa de un comportamiento “distinto” propio de la categoría de individuos no integrados, que se legitima justamente a través de la promulgación de leyes represivas. El delincuente pasa a ser asimilado a distintos tipos, como el de vagabundo, el ocioso, el pobre, el loco, la prostituta, como categoría social más o menos singular en razón del rechazo social de que son objeto. LA MENTE CRIMINAL. El perfil de una persona que comete un delito no es único. El delincuente puede ser desde un menor de edad hasta un adulto mayor. Puede ser hombre, mujer, blanco, negro, oriental, mestizo y de cualquier nivel socioeconómico. Es decir cualquier miembro de la sociedad puede eventualmente infringir la ley y cometer un delito. En la mayoría de los casos es posible evidenciar una pérdida del control de las funciones mentales, bien sea en forma temporal o permanente. En el primer caso, los delitos asociados a una pérdida del control temporal de las funciones mentales, las causas son variadas e incluyen situaciones de estrés, miedo, celos, abuso de alcohol, uso de substancias alucinógenas. En el segundo caso, la pérdida permanente en el control de las funciones mentales, las causas incluyen patologías que alteran la estructura y función cerebral. Aquí se incluyen enfermedades como las esquizofrenias, estados maniaco-depresivos, secuelas de traumas cerebrales, presencia de tumores y alteraciones en el desarrollo neurológico. Este panorama complejo implica que los procesos judiciales y sus sentencias deben ajustarse de tal manera que contemplen no solo el castigo o penalización, sino que además contemple los procesos de resocialización y estrategias para impedir la posibilidad de reincidencias. Los crímenes cometidos por un individuo con capacidades mentales dentro de lo normal pero bajo estrés, los cometidos por un adicto y los cometidos por un enfermo mental deben considerar diferentes variables: tipo de delito, potencialidad para rehabilitación y posibilidad de recidiva. El doctor Zakaria Erzinclioglu autor del libro Forenses (Grupo Editorial Tomo de C.V.) se pregunta: ¿Por qué algunas personas cometen crímenes? ¿Por qué hacen eso, mientras que la mayoría de nosotros paremos no tener dificultades en tener vidas que cumplen con las leyes? ¿Qué convierte al ser humano en un monstruo? Las anteriores son preguntas que tienen que ver con la mente humana, un tema lleno de dificultades. El autor del libro nos hace una advertencia: “Si algunos de mis comentarios parecen estridentes, solicito su indulgencia, ya que son asuntos de suprema importancia y no se pueden tratar con superficialidad.” Es necesario sujetar las ortigas con firmeza, tomar al toro por los cuernos y ver los problemas directo a los ojos. Muchas personas tienen una creencia casi ciega en la ciencia y a menudo se encuentran poco dispuestas a contradecir sus hallazgos; pero la ciencia no es omnipotente y a menudo falla en serio, en especial en la sensible área de la conducta humana, No toda la ciencia es científica, como veremos. Nos advierte el Dr. Zakaria: “Sin embargo antes de que continuemos, me gustaría dejar otro punto claro por completo. Algunos académicos son famosos por sus tendencias las disputas amargas, ocultando su antipatía personal con una simulación de debate científico. Le aseguro al lector que las críticas que hago a continuación no surgen de un motivo tan vil, y por esta razón, no nombraré cualquier individuo con el que no esté de acuerdo. No trato de ser ingenioso o gracioso cuando digo que algunas de las personas con las que más estoy en desacuerdo sobre estos asuntos están entre mis mejores amigos. RAZONAMIENTO FALSO E ILÓGICO. Existe una historia, que con sinceridad espero que sea apócrifa, sobre un científico que estudiaba ranas. Colocaba una rana en la mesa del laboratorio, luego acercándose al animal, le gritaba con fuerza. En forma invariablemente, la rana saltaba en la mesa. Entonces el científico decidió llevar más allá su investigación. Tomó una rana y le cortó las patas, luego la puso en la mesa como antes, acercándose y gritó con fuerza, pero la rana no se movió. ¿Por qué? Era claro que la rana no saltó porque ya no podía escuchar, y ya no podía escuchar porque se le habían quitado las patas. Conclusión: ls ranas escuchan con las patas. Es la imagen del idiota sabio; el hombre erudito que, con toda su erudición, es un tonto. Aunque nunca he encontrado un ejemplo tan vergonzoso de razonamiento falso en un científico, es sin embargo cierto que algunas áreas de la ciencia abundan con ejemplos de razonamiento ilógico por completo, que no están tan lejos de nuestra divertida historia de la desafortunada rana. La psicología, por su propia naturaleza, es un tema que debe atraer a cualquiera interesado en la gente y la sociedad en general. Sin embargo, como un campo de investigación humana descriptiva más que explicativa o predictiva. Por lo tanto, antes de examinar las formas en que psicólogos y otros han tratado de explicar o predecir la conducta humana, criminal o no, primero consideremos su contribución a la descripción de la conducta criminal. Hacer perfiles psicológicos o de “delincuentes” es el campo de la investigación que trata de describir la actitud mental y los antecedentes generales de una persona que ha cometido un crimen, con la meta de ayudar a la policía para encontrarla. Las pistas que deja atrás el criminal se pueden emplear para construir una imagen de su mente. Por ejemplo, se dice que casi todos los asesinos seriales son blancos, no negros, comentario que se podría considerar racista si hubiera sido al revés. Si un crimen toma algún tiempo para ejecutarse, como el asesinato, la violación y la mutilación posterior de la víctima, se interpreta como que el criminal debe haber estado familiarizado con el área, ya que no hubiera pasado tanto tiempo en un lugar desconocido para él. También se considerará probable que un asesino serial, en especial cuyos crímenes son horribles en particular, debió tener una infancia infeliz, que procede de un hogar roto o que se abusó físicamente de él cuando era niño. Hasta el momento, todo bien; todo tiene sentido. Lo que es más, estos perfiles casi siempre muestran ser ciertos cuando se atrapa al delincuente. Por lo tanto ¿Cómo terminará el asunto? Bueno, no, ya que es mucho lo que preocupa respecto a cómo se usa e interpreta una información así. Consideremos primero esta pregunta: “¿No es probable en forma intuitiva que un crimen violento resulte ser infeliz?: la respuesta con seguridad será: “Si”, y nos sentimos tentados a decir que no necesitamos un psicólogo para decirnos esto. Es peor el problema que se produce al hacer la siguiente pregunta: “Si un criminal tiene características X. ¿esto significa que las personas con características X son criminales?”, Me doy cuento que no es esto lo que los especialistas en hacer perfiles de delincuentes dicen, pero es lo que parece que dicen otros psicólogos, ya que, como grupo, los psicólogos tratan de explicar el comportamiento humano, en otras palabras, hacen la pregunta en la forma contraria…la segunda mital de la pregunta en la última oración. SOCIOBIOLOGÍA. La Sociobiología se ocupa de investigar las bases biológicas de la conducta social, desde una perspectiva teórica fundamentada en la premisa de que ciertos comportamientos sociales tienen una base genética y que los procesos evolutivos favorecen aquellas conductas que mejoran el éxito reproductivo y la supervivencia. Se trata de una traslación de los principios evolucionistas, que regulan el desarrollo de las características físicas compartidas por los miembros de una especie, a las características de comportamiento de las distintas especies animales, incluido el ser humano. El fundador de esta teoría fue el biólogo americano Edward Osborne Wilson quien, tras sus trabajos sobre los efectos de la selección natural en ciertas sociedades biológicas, como los hormigueros, extendió sus conclusiones a otras comunidades animales. Los resultados de estas primeras investigaciones, que sentaron las bases de la sociobiología, fueron publicados por este autor en un libro, publicado en 1975, que llevaba por título: Sociobiology: The New Synthesis (Sociobiología: la Nueva Síntesis). La sociobiología estudia las bases biológicas del comportamiento social de animales gregarios; algunos asuntos, como la agresión, la territorialidad, el sistema social, el altruismo o la selección de pareja, son especialmente contemplados en los desarrollos teóricos sociobiológicos. Por su aproximación interdisciplinar, la sociobiología es una síntesis de los conocimientos derivados de la neurobiología, la etología (el estudio de los patrones de comportamiento de los organismos en la naturaleza), la ecología (el estudio de las relaciones que se dan entre los organismos y su entorno) y la genética. Basándose en ellos, esta disciplina pretende extraer principios generales aplicables al estudio de las sociedades animales. Su carácter innovador reside, precisamente, en la combinación de la tradición etológica y psicológica con los fundamentos ecológicos y la genética de poblaciones (muestra cómo los grupos sociales se adaptan a su entorno por evolución). De esta manera, los sociobiólogos afirman que los patrones de comportamiento surgen, se ven modificados y llegan a desaparecer, a través de la selección natural. El aparato experimental de la sociobiológica se fundamenta en la comparación de modelos sociales de especies gregarias. Así, cada forma de vida puede ser considerada como un experimento evolutivo, el producto de millones de años de interacción entre los genes y el ambiente. En cierto modo, la sociobiología puede relacionarse con la Memética, la teoría del "gen egoísta" de Dawkins Después de dar la definición de la Sociobiología, es importante considerar sus principales contribuciones a la ciencia. Esta área de la biología trata de explicar la conducta social humana en términos de conducta y biología animal, su principio básico es que toda la conducta social, está determinada genéticamente. En lo que se refiere a la sociedad humana, lo que los sociobiólogos están diciendo es esto: los seres humanos exhiben ciertos rasgos de personalidad, se organizan en grupos (familias, tribus, naciones, etc…), van a la guerra, cooperan, cuidan de sus crías, etc. Dicen que estos rasgos son controlados por genes y por lo tanto, l naturaleza humana evolucionó por medio de la selección natural, en forma muy parecida al cuello de la jirafa o a la trompa del elefante. En pocas palabras, afirman que la naturaleza humana está predeterminada genéticamente, en el sentido de que los genes humanos no sólo dejan a las personas hacer ciertas cosas, sino que los obligan a hacerlas. Uno de los argumentos empleados para justificar esta creencia es el hecho de que ciertos hábitos de conducta parecen estar muy extendidos en la gente de todo el mundo. Por ejemplo, dicen que como la guerra ha sido una actividad humana tan común a todos los pueblos durante la historia, debe ser una característica genética. El autor de un libro reciente justificó este tipo de creencias diciendo que como la moralidad es más antigua que la iglesia, la cultura más antigua que Babilonia, la sociedad más antigua que Grecia, el comercio más antiguo que el estado, estas características deben de ser genéticas y que sus raíces están en los “eslabones perdidos” con otros primates. El Dr. Zacaria Erzineclioglu considera que la primera falla de este argumento es que sólo porque un característica esté extendida, no significa que por necesidad que sea genética. En efecto, todos los habitantes de Francia hablan francés, pero esto no quiere decir que exista un gen de este lenguaje. Aunque la constitución genética del pueblo francés, permita que hablen ese idioma, no o causa, ya que un que se cría en Inglaterra hablará inglés, no francés, y un niño inglés que se críe en Francia hablará francés, no inglés. De cualquier manera cualquiera puede usar una computadora si se le enseña cómo usarla, sin embargo debe estar claro que no ha evolucionada jamás un gen para el uso de las computadoras. LAS SUPUESTAS RAÍCES DE LA CRIMINALIDAD. Entonces ¿dónde está la respuesta? Muchas personas creen que está, de hecho, en la genética, o al menos en la biología. Es una opinión general, que mantienen muchos científicos capaces, además de otros hombres y mujeres inteligentes. Es justo que mencione este hecho, ya que estoy en desacuerdo con ellos.. Por lo tanto debe de comprender el lector que los puntos de vista que voy a exponer no son por fuerza los puntos de vista ortodoxos de la ciencia como un todo. Existen dos razones fundamentales de que yo discrepe. La primera razón es que no hay evidencia de que l criminalidad se herede en los genes, ni se podrá encontrar esa evidencia. Si parece un punto de vista sorprendentemente extremo, consideremos lo que queremos decir cuando usamos la palabra “criminalidad”. Creo que todos estarían de acuerdo en que la criminalidad es un tipo de conducta que ofende nuestras creencias morales, o conducta que n o está permitida por la ley. Por lo tanto, es un concepto moral, o uno legal, pero no es uno científico. Ninguna cantidad de estudios genéticos nos dirá si cierto tipo de comportamiento es “correcto2 o “equivocado”, hablando desde el punto de vista moral, o legal. Los estudiantes que se opusieron a los tanques en la plaza de Tiananmen eran criminales en China, pero héroes en el resto del mundo. Entonces estoy sugiriendo que se debe de abandonar toda investigación científica de las causas de la criminalidad? No del todo, pero debemos tener en claro por completo cuales son las características que estamos investigando. La agresión se puede equiparar con la criminalidad, pero una persona agresiva no es por fuerza un criminal y, de hecho puede ser un miembro digno de la comunidad. Todo depende de “canalizar” esos instintos agresivos heredados o no. Es necesario plantear otro punto, un poco más perturbador. Los genetistas que afirman estar estudiando la criminalidad casi siempre se ocupan del crimen violento, casi nunca de los que podríamos llamar crimen de “Cuello Blanco”. Eso podría ser porque aunque es fácil (aunque erróneo) igualar la agresión con la criminalidad, no existe un tipo patente de conducta que se asocie con defraudar a nuestro empleador, traicionar a nuestro país, o incluso deslizar algo de cianuro a la bebida de alguien. Si la “criminalidad” es heredable. ¿qué palanca conveniente podemos usar para afirmar que existe un gen para eso? Por supuesto la respuesta es que no hay uno. Ahora llegamos a la segunda razón de por qué no creo que las teorías genéticas puedan explicar en forma adecuada las causas de la criminalidad. El índice de criminalidad sube y baja en diferentes momentos. ¿Qué se puede concluir de esto? ¿Es posible que la estructura genética de la gente cambie una y otra vez con los años para producir tales fluctuaciones en la conducta criminal? La respuesta debe ser “No”, en especial porque esos períodos en que los cambios tienen lugar a menudo son menores al período de una sola generación. Por lo tanto, invocar a la genética como causa del crimen es ignorar este hecho de que los índices de criminalidad suben y caen en asociación con cambios en el entorno económico o político. Esto no significa por fuerza que tratamos con un caso de causa y efecto, pero es una correlación que vale la pena considerar y explorar más. LAS CAUSAS DEL CRIMEN. Entonces, ¿cuáles son las causas del crimen? La necesidad apremiante de una respuesta a esta pregunta de importancia vital está unida a la gran dificultad de encontrar ese tipo de respuesta. Se han examinado las posibles causas subyacentes, físicas, psicológicas, morales, sociales y económicas, y no han podido producir una explicación satisfactoria. Esto es desconcertante, ya que en teoría, la respuesta se debe encontrar en la forma en que uno o más de estos con juntos potenciales de causas afectan nuestro comportamiento. Sentimos que la respuesta debe estar al alcance, sin embargo, nos sigue esquivando. ¿Por qué? La razón que se da por lo general es que las causs del crimen son demasiado complejas y con muchas vertientes, así que no es posible presentar una respuesta fácil. Esto es cierto sin duda., pero no son solo las respuestas fáciles las que son esquivas; es igual de difícil encontrar respuestas complicadas. Creo que se debe en parte al hecho de que en ocasiones las personas o los grupos proponen respuestas o soluciones que comienzan en una base estrecha. Si un político propone una respuesta, es probable que lo afecte mucho su propia posición política o ideológica. Los académicos que estudian el problema por lo general estarán investigando un aspecto intelectual particular que les interese. Otros, como la gente de la iglesia, trabajadores sociales y policías, pueden estar demasiado cerca del problema para poder dar un paso atrás y echarle un vistazo objetivo, y es posible que lo vean desde su propio y limitado punto de vista. Por lo tanto las posiciones ideológicas, científicas y emocionales a menudo dictan respuestas específicas, que muchas veces están preconcebidas en forma inconsciente, con el resultado de que es muy difícil tener una imagen completa. Además, por la naturaleza política y emocional del tema, a menudo se presentan genuinos malentendidos y a veces también se emplean confusiones deliberadas. Un ejemplo del tipo de confusión que es una mezcla de malentendido genuino y manipulación de la verdad inducida por la política se puede ver en el debate estéril y a menudo amargo entre simpatizantes de la derecha y de la izquierda respecto al papel de la pobreza cm o causa de la elevación del crimen. Los de la izquierda insisten en que la pobreza es una causa principal del crimen y que se reduciría si se hiciera más por los pobres. Los de la derecha contestan diciendo que la mayoría de los pobres siguen obedeciendo la ley y que es un insulto para los pobres sugerir que obedecen la ley menos que otros ciudadanos. Cada cierto tiempo, aparece un artículo en los periódicos, diciendo que alguna personalidad u organización conocida a apoyado un lado o el otro y que a esto se le considera una victoria para el punto de vista de ese bando. Los dos partidos políticos opuestos han seguido el debate por muchos años, sin progreso alguno. Ya hemos considerado la cuestión de la estructura biológica como causa del crimen y llegamos a la conclusión de que existen graves peligros en las conclusiones que han propuesto algunos criminólogos. Esto no significa que el estado físico de una persona no pueda afectar su comportamiento en una forma que se pueda llamar criminal. Un hombre atormentado más allá de lo que puede resistir bien puede volverse violento, incluso si no se comporta de esa manera en cualquier otro momento. Se dice que todos somos capaces de asesinar, o al menos de matar, si se dan las circunstancias correctas, y no tengo duda de que esto sea totalmente cierto. Un hombre muy bueno que conocí una vez me dijo que con facilidad pudo haber atacado y matado a un hombre que había atropellado a su esposa en un accidente automovilístico. mi amigo al principio pensó que habían matado a su esposa, y fue sólo al darse cuenta de que todavía estaba viva lo que detuvo su mano. Cuando la gente está cansada, asustada o enojada bien puede hacer algo que no haría en otro momento. Por supuesto, esto se ha sabido por largo tiempo, no solo entre ls personas en general, sino también en contextos legales, en temas como crímenes pasionales (?) o matar en autodefensa. Las circunstancias y estados fisiológicos personales no representan la mayor parte de crímenes graves. Las condiciones psicológicas, la enfermedad mental, bien pueden afectar en forma adversa l conducta de la gente hacia la criminalidad, pero de nuevo estamos tratando con casos individuales. Estas causas potenciales, estados y enfermedades físicas y mentales no pueden explicar el problema general del crimen, ni pueden explicar por qué el crimen violento ha aumentado en forma tan notable en los últimos años. Parece claro que las causas de la mayoría de los crímenes son morales, sociales y económicas, más que físicas y psicológicas. Existe una fuerte correlación (¡una terrible palabra!) entre el reciente incremento en la taza de crímenes y los grandes cambios en la estructura social y estándares de moral que han tenido lugar al mismo tiempo. Por supuesto, una correlación no por fuerza implica causa y efecto, como hemos visto, pero con Guillermo Occam en mente, es un punto inicial útil. Julio A. Ceballos. San Luis Potosí., S.L.P. a 18 de julio de 2014. P.D. Guillermo de Occam, monje franciscano que vivió a finales del siglo XIII y principios del XIV. Guillermo de Ocamm enseñó que “las entidades no se deben multiplicar más allá de lo necesario”. Esta pomposa máxima filosófica se puede expresar en forma más útil, diciendo que siempre es mejor considerar primero la explicación más simple de cualquier problema. En otras palabras, no compliquemos la situación innecesariamente. Este útil principio ha llegado a conocerse como la “Navaja de Occam”, y sostiene que las “entidades” innecesarias se pueden rasurar.

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